Vive el verano azul con actividades acuáticas
¿Te apetecen emociones, descubrimientos y libertad sobre el agua? Con Sunêlia, cada región revela sus placeres acuáticos, para disfrutar en familia o con amigos. En Bretaña, súbete a un kayak hacia el archipiélago de Glénan, donde las aguas turquesas recuerdan al Caribe. En Vendea, comienza el día suavemente con una sesión de paddle y atrévete luego con las primeras clases de vela en las playas de Saint-Jean-de-Monts.
En la bahía de Arcachon, navega hacia el Banc d’Arguin, un lugar ideal para admirar la duna de Pilat y observar aves marinas. ¿Te apetecen ostras? Los gourmets se dirigen a las cabañas ostrícolas de Andernos-les-Bains. Los amantes del surf disfrutarán en las playas del País Vasco, mientras los más curiosos prueban la pelota vasca junto al mar. El Hérault también invita a navegar en barco por el canal du Midi.
En la montaña, aprovecha el acceso directo al lago para pedalear en hidropedal entre bosques tranquilos. En Cerdeña, cambia el chaleco salvavidas por una máscara y tubo para explorar la vida submarina antes de regresar a tierra para un delicioso helado.
Por los caminos, descubre patrimonio y naturaleza
¿Listo para la aventura? Descubre el interior desde tu camping con parcela para caravana. En las gargantas del Ardèche, sube hasta el pueblo colgado de Aiguèze y luego pasea por las callejuelas medievales de Balazuc. Continúa hacia el Lot: descubre los acantilados de Rocamadour y las riberas tranquilas de La Roque-Gageac.
En la Costa Brava, el camino de ronda despliega paisajes salvajes hasta Cadaqués, un puerto luminoso que inspiró a Dalí.
¿Apasionado por la historia? Descubre los secretos de los castillos del Loira. Chenonceau, Chambord y Azay-le-Rideau muestran sus espléndidas fachadas entre viñedos y jardines franceses, ideales para recorrer a pie o en bicicleta.
¿Buscas un verdadero reto? El GR 20 en Córcega ofrece paisajes espectaculares y baños revitalizantes en las pozas de Vizzavona. Y para terminar, las famosas calas de Étretat en el GR 21 de la costa de Alabastro: aire marino y vistas impresionantes dignas de Arsène Lupin.